Esta es la historia de amor
protagonizada y contada por Ileana, una de las grandes amigas que esta vida
nómade me dejó.
En el mes del amor, los invito
a descubrir, que "no todos los príncipes azules llegan a
caballo..."
MI
DESTINO (By Ileana).
Cada
vez que tengo que contar la historia de como conocí a mi marido, pienso que las
casualidades realmente no existen, que las cosas no se dan de una manera u otra
por golpe de suerte o por azar… si creo en cambio, que tiene que ver con
nuestro destino, con aquello que, sin saberlo y como consecuencia de lo que
hemos ido haciendo en nuestra vida, está escrito.
A
comienzos de 2012 con unas amigas decidimos que ya era hora de tomarnos
vacaciones del otro lado del mapa y luego de pensarlo, ponernos de acuerdo y
organizarlo volamos hasta Asia… un continente que particularmente me gusta
mucho. Estuvimos en Tailandia, Vietnam, Singapur y como broche de oro India.
Por
que India…. ? Simplemente porque era “MI” destino.
Y
digo destino porque por distintas circunstancias llegamos a Pushkar, un
pueblito perdido en el medio del estado de Rajastán. Y no fue casualidad que un
pariente de Jen (una de mis amigas) trabajara justo allí y se pusiera en
contacto con nosotras para invitarnos a conocer todo aquello…. mucha menos
casualidad todavía…. que fuera compañero del español que mas tarde cambiaría mi
vida para siempre.
Luego
de visitar el famoso Taj Mahal en Agra y quedar sorprendidas ante tanta belleza
de mausoleo y prueba de amor eterno, llegamos a Jaipur, una ciudad alocada y
pintoresca, llena de ruido, polución y caos… aunque con mucho encanto .
Allí
nos encontramos con el tío de mi amiga, quien nos había comentado que eran un
grupo de españoles trabajando desde hacía algunos años en la construcción de
una autovía y estaban ansiosos por recibirnos y pasar unos días entre paseos en
camellos, comidas y un poco de market indio. En realidad solo serian… 3 días.
Esa
noche, ya listas para irnos a cenar, esperábamos a “los españoles”. Uno a uno
fueron llegando y con ellos sus historias, sus acentos y su manera de ver y
vivir la India… Faltaba el último… Y como en los cuentos que te cuentan de
chica... tan solo al pasar la puerta supe que era el hombre de mi vida… mire a
Jen y le dije “me enamore”. Eso fue la noche del 1 de Marzo de 2012.
Desde
ese momento las famosas mariposas en la panza fueron reales, volví por unos
instantes a tener 15 años y a sentir nervios que hacía mucho tiempo me había
olvidado de como eran. Quería charlar con él, sentarme a su lado, no despegarme….
Era una adolescente de nuevo…
Como
precisamente ya no era una adolescente necesité de la complicidad de mi amiga
para que “el destino” me quisiera, sin que fuera obvio, cerca de aquel
madrileño. Llegamos al hotel (en donde nos habían preparado una mesa bajo un
cielo plagado de estrellas) y con mucho disimulo quedamos sentados uno al lado
del otro (mas tarde me enteraría que el buscaba lo mismo que yo…. Eramos dos
los adolescentes!) La noche fue la mas larga de todas las vacaciones y no
quería que se terminara nunca. Su voz y su acento hicieron una especie de
encantamiento conmigo, una de su frases que quedara como recuerdo para toda la
vida es ….“sabes una cosa… tienes unos ojos preciosos” (que con acento español
tiene una dulzura que me cuesta describir y aun hoy se me pone la piel de
gallina al recordarlo).
En
el interés de conocer uno del otro nos contamos nuestras vidas y un poco más.
En algún momento me tomó de la mano y me dijo que se iría conmigo a Argentina y
fue después de eso cuando con una frase encontraría una vez más mi destino… “De
ultima vengo yo a India”…. Y 7 meses y medio mas tarde esa frase se haría
realidad.
Los
siguientes dos días fueron de seducción, enamoramiento, tocar el cielo con las
manos, pasear por las nubes y todas esas cosas que una nena piensa de pequeña
en el momento de conocer a su príncipe azul…. Sólo que mi príncipe en lugar de
venir en caballo blanco como el de los cuentos había llegado montado en un
camello.
La
despedida fue de telenovela, sin saber que iba a pasar al pisar suelo argentino
de nuevo. Pero ya todo estaba escrito. El madrileño se encargaría, con éxito,
de tácticas de persuasión basadas principalmente en no darme tiempo a pensar…
sólo a sentir. Si pensaba… bueno no estaba en mi destino pensar en aquel momento….
Cómo
describir los días posteriores a mi llegada…. Una vez más en las nubes. Mails
donde el amor se caía de cualquier parte de la hoja, mensajes, ramos de flores,
canciones y los pasajes para venir a verme en un mes y medio. Que! Siiiii….. se
cruzó por tan solo 3 días océanos y continentes. Sólo para verme…. Y fue
maravilloso.
Al
tercer día ya en el aeropuerto sabiamos que yo dejaría todo y me iría con el a
la India. Era decisión tomada. Comunicarlo a la familia, amigos, al jefe y a
quien preguntase por qué tenía esa cara de felicidad todo el tiempo.
Al
mes lo tenia de nuevo en Argentina pero esta vez para ir a Córdoba a conocer a
mi familia (desde hacia 4 años vivía en Buenos Aires) y “pedir mi mano” a mi
papá…. Que encantado de la vida estaba de que su hija se fuera a vivir a India
con un hombre a quien apenas conocía (es que suena tan insensato!... pero fue
así)
En
agosto partí yo para Madrid para hacer lo mismo… conocer a su familia y a su
pequeña hija Lola…. y una vez más este hombre me sorprendería…. En un pueblo
llamado Ribadesella… bajo la luz de una luna gigante, con Placido
Domingo de fondo cantando “si nos dejan” y arrodillado con una cajita con un
anillo dentro pidiéndome matrimonio….
A
mediados de Octubre mis valijas se llenaron de amor, deseos, ilusiones, algunos
miedos, mucho coraje y partí para India.
Después
de eso, hubieron muchas historias más que unidas entre si arman nuestra vida
juntos…. viajes, mudanzas, casamiento, más mudanzas y hoy somos una familia de
5… Javi, yo, Lola, Olivia y Lucia, todos agradecidos con ese maravilloso
destino.
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